jueves, 26 de marzo de 2009

A llagrima viva em brolla l'anima, quan ho necesite.

Gracias por perseguirme, confianza en el porvenir me infundes, al ir pisando las huellas tras de mí, el campo de fango resulta en cálida alfombra a retozar. Eres látigo en la apatía, consuelo en las derrotas del amor y carne de cañón en mis días más tristes.

No me huyas santa Cecilia, fugaz y altiva, mientras a otros coronas; me enorgullece saber apreciar tu cariño. Y el de tres nubes en corrillo, el de las cañas en posición de tai-chi, por natura (las dobles) entiendo la altura de mis ambiciones, por bemoles. Vuelta hincada el hasta. No quede por despecho maltrecho el hecho de tu amor. Perdón.

Con el oído sólo, basta. Bríndanos concierto maestro.

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