jueves, 29 de marzo de 2007

Allò millor, anar cap a d'alt.

Me parece un poco ilógico como nos altera el estado de moral cualquier revés que sufrimos. Intuyo que es debido a lo débiles que nos hacemos creer que somos, es como un cortocircuito que se produce en el cerebro y que bloquea nuestra capacidad de autoconfianza y destruye nuestro amor propio.

¡Cuán debiles nos sentimos cuando nos tiemblan los cimientos! Cualquier pérdida se transforma en una catástrofe personal, perdemos el rumbo y estamos unos dias, meses (o hay quien años) tocados. Empezamos a dormir dando vueltas en la cama, el estomago nos habla con temblores, en fin, nos dejamos invadir por el pesimismo, la peor de las paranoias.

Las desgracias ajenas nos perturban o quiza, queremos dar a entenderlo. Entiendo la espiral en la que entramos cuando nos ocurre a nosotros como un mecanismo de defensa, una forma de pedir ayuda a los demas aunque nos creamos autosuficientes para escalar por nosotros mismos. Puede ser que lo mas bello es tener alguien detrás que tense la cuerda por si nos resbalamos subiendo.

Poco a poco, mejor.

No hay comentarios: