sábado, 16 de agosto de 2008

Cap de suro.

Las huellas secas tras de mí, bajo la lluvia. Las dos me acompañan. El paraguas, mareado, no decide en que mano posarse; va sobre volando un chaquetón confortable por dentro. Como decía Amar al prójimo, rodeado de gente, soledad. Alegórica soledad.

Aquello que arrastro, aprendiendo con sangre: que con letra entra, para tan solo construir muros de palabras más allá de mis dedos. Ante la ventana abierta a un nuevo mar, sólo, involuntario, muro de palabras.

Tan sanamente inválido que cojea de la lengua. Mientras tanto: la lista de la compra, la letra del piso y el profe de mi niño. Lista la letra del niño. No la esquivo, la embisto, me empitona y caigo desfallecido. Tan solo soledad, que por castigo, disfruto de mi propia compañía.

PD: Que tortura sentirse imbécil cuando ya no quedan palabras que decir.Siempre igual. Maldita parálisis.

1 comentario:

SoÑaDoRa dijo...

Hola otra vez
Me ha encantado tu visita de nuevo, ya sabes que mi blog lo tienes para lo que quieras y para el apoyo que necesites.
Espero que nos lleguen tiempos mejores.
Otros muchisimos besos reconfortantes para ti y abrazos